Mystery Audit B2C (Mystery Shopper de consumo masivo)

A medida que una marca crece, el control sobre la experiencia de compra tiende a diluirse. Incluso cuando cuenta con canales de venta exclusivos, puede enfrentar desvíos en precios, atención, calidad o ejecución en el punto de venta.

El Mystery Audit B2C permite obtener una visión objetiva y detallada de la experiencia real que las marcas ofrecen a sus clientes. A partir de esta información, es posible identificar oportunidades de mejora en productos, servicios y procesos, optimizar la satisfacción y fidelización de los consumidores, y fortalecer la reputación y rentabilidad de la empresa.

Además, esta metodología permite evaluar el desempeño de los equipos comerciales mediante indicadores de calidad objetivos, generando información valiosa para su capacitación y desarrollo.

Los Mystery Shoppers son personas seleccionadas por nuestra empresa que, tras una formación específica, evalúan de forma discreta la calidad de los productos, la atención y la experiencia general. Cada evaluador es elegido cuidadosamente por su afinidad con la categoría auditada, garantizando una observación auténtica y relevante.

Durante la auditoría, los compradores incógnitos realizan las compras o utilizan los servicios tal como lo haría cualquier cliente, y luego completan un cuestionario estructurado que detalla su experiencia.

Toda la información recolectada se procesa, controla y analiza por un equipo experto, que la traduce en hallazgos accionables. Desde el planeamiento estratégico, estos insights se transforman en recomendaciones concretas para optimizar la calidad de los productos y servicios, y maximizar la satisfacción del cliente.

Metodologías que utilizamos en este estudio
Principales usos de esta estudio

Entender los procesos desde la perspectiva del consumidor, identificando cómo se perciben cada etapa y punto de contacto.

Detectar desvíos en indicadores clave como precios, calidad de atención, tiempos de espera, disposición del layout y cumplimiento de estándares.

Definir los principales pain points de la experiencia, revelando dónde se generan fricciones o insatisfacciones.

Comprender cómo mejorar la experiencia de compra, traduciendo la observación en oportunidades concretas de optimización.

Identificar iniciativas correctivas que permitan resolver problemáticas que impactan directamente en la satisfacción del cliente y en la percepción de marca.

Medir la consistencia de la promesa de marca en la ejecución, verificando si lo que la marca comunica realmente se cumple en el punto de contacto con el cliente.

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